¿Sabías esto sobre SERVIR A DIOS?
Hoy te invito a reflexionar sobre las enseñanzas que la Palabra nos brinda acerca del servicio.
Servir a Dios es un llamado que está al alcance de todos, no importa nuestra situación, habilidades o recursos. Es un acto de gratitud que fortalece nuestra fe y nos conecta con el propósito de Dios.
1. Dios pone en nosotros el querer y el hacer
La iniciativa de servir no nace solo de nuestro esfuerzo, sino de la obra que Dios realiza en nuestro interior. Filipenses 2:13 lo afirma: “Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.”
El primer paso es abrir nuestro corazón y permitir que Su voluntad guíe nuestras acciones. Pregúntate: ¿Qué inquietudes ha puesto Dios en mí para servir?
2. El servicio fortalece nuestra fe
No es la acumulación de conocimiento lo que hace crecer nuestra fe, sino la práctica de la Palabra. Santiago 2:26 nos recuerda: “Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.”
Cuando servimos, nuestras acciones se convierten en una expresión tangible de nuestra fe, permitiéndonos experimentar el poder y los milagros de Dios.
3. Jesús nos llama a actuar frente a la necesidad
En Mateo 14:16, Jesús desafió a sus discípulos diciendo: “No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer.”
Aunque los discípulos no sabían cómo, Jesús les mostró que, al dar lo poco que tenían, Él haría el resto. Hoy, Jesús también nos dice: "Haz algo". Tu servicio, por más pequeño que parezca, puede convertirse en una gran bendición para otros.
4. No se trata de nuestras fuerzas, sino del poder de Dios
Muchas veces pensamos que no somos capaces de servir, pero Dios no nos llama por nuestra capacidad, sino por nuestra disposición. Zacarías 4:6 nos recuerda:
“No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.”
El servicio es una oportunidad para depender de Su Espíritu y no de nuestros propios recursos. Así como Moisés fue llamado en medio de su debilidad, Dios también quiere usarte a ti.
5. Jesús multiplica lo que entregamos
Cuando ponemos lo que tenemos en manos de Jesús, Él lo multiplica. En Mateo 14:19, vemos cómo cinco panes y dos peces se convirtieron en alimento para miles: “Y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud.”
No subestimes el poder de lo que puedes dar. Jesús toma lo pequeño y lo transforma en algo grande.
6. El servicio nos permite experimentar milagros
Los milagros suceden cuando nos involucramos en la obra de Dios. Los discípulos, al repartir el pan y los peces, vieron cómo se multiplicaban en sus manos. De la misma manera, cuando servimos, vemos a Dios obrar de formas extraordinarias. Salmos 100:2 dice: “Servid a Jehová con alegría; venid ante su presencia con regocijo.”
El servicio trae gozo y una perspectiva renovada de la obra divina.
7. Servimos desde donde estamos
No todos somos llamados a ser pastores o misioneros, pero todos podemos servir en nuestro entorno. Colosenses 3:23 nos anima: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.”
Ya sea en la oficina, en la fábrica, en el hogar o en la iglesia, nuestro servicio puede glorificar a Dios y bendecir a quienes nos rodean.
8. Es un acto de amor y gratitud
El servicio es nuestra forma de agradecer lo que Dios ha hecho por nosotros. 1 Juan 4:19 nos recuerda: “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.”
Recordemos cómo otros nos ayudaron en nuestro caminar de fe y hagamos lo mismo por otros.
OREMOS JUNTOS
Señor, gracias porque nos permites servirte. Hoy pongo en tus manos lo que soy y lo que tengo, confiando en que Tú lo usarás para Tu gloria. Renueva mi amor por Tu obra y fortalece mi fe para caminar en obediencia. Ayúdame a ser luz en medio de la necesidad y a glorificar Tu nombre en todo lo que haga. En el nombre de Jesús, amén.